«Es como un sueño, es asombroso», fueron las palabras que se escucharon para definir la experiencia de adentrarse en Venezuela, explicar su calor y color Caribe.
El sol intenso, que anuncia la llegada del período de sequía en los valles Altos de Carabobo, sirvió de preparativo para la visita que ya tenía un largo recorrido y había probado las costas de Aragua.
La idea central era explorar plantaciones de cacao, ver el proceso de producción, probar chocolate y conocer nuevos lugares. La hacienda San Cayetano es un espacio desarrollado para implementar lo que hemos bautizado como «Chocoturismo», donde mostramos el recorrido del grano a la barra.
Al mediodía y ya listos para almorzar recibimos desde Europa a invitados de lujo: Laura (Suiza), Domantas (Lituania), Michael (República Checa) y sus familias.
Cachapas con queso de mano, distintos tipos de cortes de carne, jugos naturales y postres venezolanos, colmaron la mesa para nuestros comensales que hacían una pregunta recurrente: ¿esto también es cosecha de la propia hacienda? El 95% de los ingredientes de las preparaciones del restaurante son cosechados en nuestra propia tierra.
Dulce de lechosa y helado de mantecado con topping de mamey, fue la mejor forma de completar un sobremesa. Luego iniciamos con mucha energía el recorrido a la plantación.
El viento mecía la copa de los árboles, dibujando luces y colores en el camino, mientras el señor Luis ahondaba en detalles sobre las características del cacao que los invitados probaron directamente del árbol.
Atrás quedaron los enormes árboles para entrar en el cuarto de fermentado y con sus propias manos vivir la experiencia de trabajar las semillas; casi al unísono, al percibir la mezcla de olores: dulces, cítricos y afrutados propios de la fermentación, la onomatopeya que describe el asombro fue la protagonista.
Ahora bien, nadie se va de la hacienda San Cayetano sin probar bombones y barras de chocolate, pero a la visita le faltaban sorpresas..
Canoabo es conocido como el pueblo cordial de Carabobo, y cuando llegan invitados es un desborde de atenciones y fiesta.
La temperatura comenzaba a bajar y el sol era menos intenso en la plaza Bolívar del pueblo que se empezó a colmar de público expectante, luego vinieron los agradecimientos de Gloria Martinez, garante y custodia de la cofradía de los Diablos Danzantes; palabras de bienvenida a cargo del cronista del pueblo, Francisco Moreno; y no podía faltar la animación de La Flor de Canoabo, Iris Pacheco. Estos tres emotivos momentos dieron paso al ritmo de guitarra, cuatro y bandola para llenar de color y danza a toda la plaza.
El merecido descanso de los viajeros ocurrió en la posada Casa María, un lugar enclavado en la selva lluviosa de la montaña que cuenta con una reserva muy importante de flora y fauna.
Los valles de Carabobo resguardan gran parte de la historia de Venezuela. Desde estructuras ancestrales, incluyendo el cultivo de cacao hasta plantaciones de café desde donde se obtiene un tipo de grano de especialidad, con calidad de exportación.
Desde la Hacienda El Recreo y como una suerte de bendición Suiza, República Checa y Lituania, se despidieron con el aroma y el sabor de un país que espera tenerlos pronto de regreso.
Cacao, café y chocolate grabados en la memoria de quien nos visite.
Una bendición para canoabo la llegada de la familia Morales a este hermoso suelo,Fuentes de progreso y bienestar,que han elevado el nombre de nuestro terruño a través de la hacienda San Cayetano y su chocolate Valle Canoabo.
¡Gracias Juan!
Me gustó el recorrido y la vista de paisajes
, el cacao y café, y todo lo bonito del pueblo y sus sitios de visita.. un gran abrazo, hagamos viral el paseo.
¡Gracias Rosario! un abrazo de vuelta