Viajar en el tiempo es, por ahora, algo imposible. Pero viajar por Latinoamérica, África y Europa a través del chocolate y ron se traduce en una experiencia sensorial tan sublime que puede costar mucho trabajo describirla con palabras.
La experiencia nace desde dos emblemas que distinguen a Venezuela: el ron fabricado en la hacienda Santa Teresa en el estado Aragua, y por supuesto, el Chocolate Valle Canoabo que se hace en la Hacienda San Cayetano.
Con el rugir de las cabañuelas en el cielo, el grupo inició el recorrido adentrándose en la plantación para empezar a conocer los caminos que los llevarían directo a los colores, formas y sabores del cacao de Canoabo.
Directamente de las manos de los cosechadores pudieron sentir el sabor a frutas y específicamente esas características indescifrables; si el sabor es guanábana, melón, patilla o guama; el recorrido continuaba en medio de preguntas y una enriquecedora conversa.
Para Chocolates Valle Canoabo es un honor poder recibir la visita de Nancy Duarte, la primera mujer en ocupar el cargo de Master Blender de ron Santa Teresa en los 226 años de historia con los que cuenta la destilería. El orgullo se eleva a lo alto al encontrar puntos en común entre Santa Teresa y Chocolates Valle Canoabo, como la formación de nuevos talentos especializados en los procesos de elaboración de productos de calidad relacionados al cacao y al ron. Es esa apuesta al futuro la que construye las bases para la permanencia.
Sentidos
Normalmente, comemos para saciar el hambre y tomamos algún líquido para hidratarnos o aplacar la sed. Cuando decidimos probar algo de forma consciente entonces le indicamos al cerebro que hay otras maneras de percibir olores, texturas y sabores, abriendo de esta forma la puerta a una nueva experiencia.
El sonido al romper la tableta de chocolate, la untuosidad en el paladar, la permanencia en boca de distintos sabores, cómo algunos chocolates van evolucionando mostrando notas complejas, estas son algunas de las características que pudieron notar los paladares especializados en la degustación de más de 10 variedades de chocolates.
El cierre no podía ser de otra forma: barra de Chocolate Valle Canoabo 60% y Ron 1796 de Santa Teresa. Es una combinación que despierta los sabores de miel en el ron y hace que las frutas del chocolate salten en boca. Abre sentimientos, deja el corazón al pecho abierto y despierta en propios y extraños lo que es ser venezolano.